miércoles, 23 de marzo de 2011

Recomendado: El debacle del partido de Luis Alfredo Ramos

El siguiente artículo es tomado de La Silla Vacía.Desde el siguiente link donde se puede leer en su fuente original: aquí . Invitados todos a leerlo atentamente.
La reciente decisión de la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia de investigar preliminarmente al gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, dentro del proceso de la parapolítica, convulsionó al departamento.
A Ramos la Corte le abrió investigación por la versión que entregó el ‘Tuso Sierra’. Según el narcotraficante –camuflado como paramilitar–, Ramos recibió dinero de la Oficina de Envigado durante una reunión en una tienda de Medellín. Ya en el pasado, la Fiscalía había archivado otra investigación en su contra que lo vinculaba con las autodefensas.
Más allá de si prospera esta investigación penal o no, con base en un testigo cuya veracidad ha sido cuestionada en el pasado, lo que sí es un hecho es que Ramos tiene una responsabilidad política como cabeza de Equipo Colombia, un partido que tiene un senador condenado y dos procesados; un representante a la Cámara procesado, cinco alcaldes en la cárcel y tres concejales investigados. Todos dentro del proceso de la parapolítica.
Luis Alfredo Ramos dijo a La Silla Vacía que él solo responde por sus actos, y más cuando se trata de temas como el de la parapolítica.

La historia

Luis Alfredo Ramos comenzó su carrera en 1970 como conservador y en 1992 fue Alcalde de Medellín. En 2002 fundó Equipo Colombia y se lanzó para las elecciones de Congreso, en las que Ramos fue elegido con 228.499 votos, la mayor votación del Senado, lo cual lo llevó a convertirse en Presidente del Congreso.
En las siguientes elecciones legislativas, Ramos se alió con Álvaro Araújo y conformaron Alas Equipo Colombia. Solo su equipo en Antioquia logró elegir cuatro senadores, tres representantes a la Cámara y 21 alcaldías. Al año siguiente, Ramos ganó la Gobernación de Antioquia con una holgada ventaja. En 2009, Alas-Equipo Colombia perdió la personería por sustracción de materia.
La debacle del grupo de Ramos comenzó por el Urabá. En diciembre de 2010, la Corte Suprema condenó por parapolítica a Antonio Valencia Duque, quien fue Representante a la Cámara en 2002 en la lista de Ramos.
Valencia Duque apadrinó siete candidatos que ganaron las alcaldías en 2003 y con ello logró consolidar el poder regional de Equipo Colombia en Urabá.
Para la siguiente legislatura, trató de saltar al Senado pero no alcanzó la posición el día de las votaciones. Pero cuando fue capturado Álvaro Araújo, condenado por sus relaciones con los paramilitares (y dejado en libertad antes de ayer por pena cumplida), Valencia Duque ocupó su curul pues era el siguiente de la lista de ese partido.
Y hace cinco días la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia dictó medida de aseguramiento contra el exsenador Óscar Suárez Mira también por presuntos vínculos con las autodefensas. Suárez Mira fue uno de los senadores elegidos por Alas-Equipo Colombia en 2006, aunque luego se distanció de Ramos. En abril de 2009, Freddy Rendón Herrera, alias ‘El Alemán’, aseguró que Suárez Mira fue uno de los 23 políticos que las autodefensas apoyaron en Antioquia, Córdoba y Chocó.
La Corte también comenzó a evaluar testimonios en contra de Óscar Arboleda Palacio quien fue elegido como Representante a la Cámara en la lista de Ramos en 2002 y 2006, también por parapolítica. Otro de los senadores que tiene investigación preliminar por lo mismo es Gabriel Zapata, quien actualmente es senador conservador, pero en el pasado militó en las filas de Alas-Equipo Colombia.
En conversación con La Silla Vacía, Ramos explicó que aunque fue él quien formó Equipo Colombia y hacía parte de sus altos dirigentes, no estaba encargado de entregar los avales. Dijo que el encargado era el representante legal en su momento, Luis Emilio Monsalve, quien falleció.
Y aseguró que aunque estuvo en el mismo equipo con los políticos investigados y condenados las responsabilidades son individuales y por ello él responde por sus acciones y no por las de los demás políticos de su partido.

El eslabón con los paras

Valencia Duque fue el punto de contacto entre los paramilitares del Bloque Élmer Cárdenas del Urabá y los políticos con intereses en esa zona.
La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia comprobó que las autodefensas que operaban en el Urabá intervinieron en política durante la década del 2000 a través de su proyecto por una Urabá Grande, Unida y en Paz y a través de Asocomún, la Asociación del Norte de Urabá y Occidente Cordobés, que dirigió alias ‘Germán Monsalve’, el hermano del ‘Alemán’.
La Corte Suprema concluyó que Asocomún manejó los programas de erradicación de cultivos y canalizó los recursos del programa Familias Guardabosques del Gobierno Uribe. También dice en la sentencia contra Valencia Duque que él fue intermediario en reuniones con la Presidencia de la República.
El Bloque Élmer Cárdenas se había propuesto tener una curul propia en la Cámara de Representantes y como Valencia Duque ya estaba comprometido en la lista de Ramos y en todo caso ellos querían un para ‘puro’, Valencia les presentó a Rubén Darío Quintero, que aspiraba al Senado y no tenía votos en Urabá ni un candidato a la Cámara que lo representara allá.
Según lo comprobó la Corte Suprema de Justicia que lo condenó por parapolítica, Quintero accedió a entregar el aval a una lista única multipartidista impulsada por los paras y liderada por Manuel Darío Ávila Peralta, que rotó su curul con Jesús Enrique Duval, Etanislao Ortiz y César Andrade.
Los cuatro políticos fueron llamado los “cuatrillizos” porque se turnaron cada uno un año la curul en el Congreso de la República y, según los testimonios de los líderes paramilitares H.H. y el Alemán, eran la representación de las autodefensas en el Congreso. Los paras también financiaron a los candidatos de las alcaldías de Turbo, Necoclí, Arboletes, San Pedro de Urabá y San Juan en 2003 de la cuerda de Valencia, con lo cual profundizaron su poder regional, que se multiplicó en las siguientes elecciones.
Rubén Darío Quintero solo estuvo un año en el Senado porque se retiró para ser candidato a la Gobernación en 2003 con el apoyo de Luis Alfredo Ramos y de otros políticos a pesar de que era militante de Cambio Radical. Pero Quintero fue derrotado por Aníbal Gaviria, del Partido Liberal.

Los salpicados

Tras la derrota de Quintero, Valencia Duque heredó su estructura política (con el apoyo de los paras incluido) y la puso al servicio de las campañas de 2006 de Alas-Equipo Colombia al Congreso y de la de Luis Alfredo Ramos en 2007.
Según la investigación realizada por Claudia López sobre la trayectoria paramilitar y su transformación en Antioquia durante los dos últimos períodos electorales (2002-2003 y 2006-2007), el grupo que más se benefició con el apoyo de las autodefensas fue el de Equipo Colombia. Aunque la elección de Ramos no registra ninguna atipicidad de las que encontró López en la mayoría de los casos de congresistas que terminaron judicializados, sí la tenían en Urabá la mayoría de los alcaldes y concejales que apoyaron a Ramos en Urabá. (Con base en la investigación de Claudia López armamos el gráfico de abajo).
El grupo de Ramos, ya unido con el partido Alas de los Araújo, pasó de tener tres representantes en su lista en 2002 a cuatro senadores y tres representantes en 2006. Entre los senadores estaba Óscar Suárez Mira. Fuera de él y Valencia Duque, que ya está condenado, otro senador y un representante están en indagación preliminar.
Otros 25 políticos, entre concejales, alcaldes y militantes de Equipo Colombia del Urabá que participaron en el proyecto político de Ramos están hoy en la cárcel y otros, muy cercanos al hoy Gobernador, tienen investigaciones pendientes en la Fiscalía.

El ahijado

Ese es el caso de William Palacio, elegido Alcalde de Turbo en 2003 con el aval de Equipo Colombia. Según dijo ‘El alemán’ en varias declaraciones ante la Corte, Palacio logró la Alcaldía por el apadrinamiento de Antonio Valencia Duque que se reunió con el jefe para y "solicitó y obtuvo" su apoyo a las aspiraciones políticas de su ahijado político.
William Palacio, al terminar su alcaldía fue llamado por el gobernador Luis Alfredo Ramos quien lo nombró Secretario Especial para Urabá. Palacio es visto como ahijado político del Gobernador, a tal punto que le hizo un homenaje de despedida en Carepa en septiembre pasado cuando renunció para no inhabilitarse como candidato.
Palacio aspira a repetir a la Alcaldía de Turbo, ahora con el aval del partido Conservador, pero la Corte Suprema compulsó copias para que lo investigaran y la Fiscalía abrió un expediente con su nombre.
Luis Alfredo Ramos es considerado uno de los mejores gobernadores del país por su eficiente gestión en Antioquia. Pero como responsable de un grupo político se ha rajado.

Nota: Observar infografía en el sitio web de origen.

viernes, 18 de marzo de 2011

Concreto y guadua: Los puentes inútiles de Naranjo y Montoya

Existen ahora en Medellín dos puentes mas inútiles que el puente de Guayaquil, que fue construido en ladrillo hace como doscientos años.

Uno de esos puentes es de concreto y se construyó hace como veinte años. El otro puente es de guadua y en realidad, aunque se ha  chupado mucho dinero, no ha sido posible terminarlo. En los dos gran improvisación. O dicho al revés poca planeación.

El puente de Sergio Naranjo, podría llamarse inútil. Ahí está al lado del puente de San Juan, conectanto, supuestamente a Naranjal con Barrio Triste. Costó en su momento un millón de dólares y es milagroso ver que alguien lo use.

El otro Puente es de Darío Montoya, exdirector del SENA y actual candidato a la Alcaldía de Medellín. El sr. Montoya le  prometió a Medellín un puente de guadua para el acceso a la Biblioteca España, en la barrio Santo Domingo. 

Pero pasados largos meses los responsables de instalar el puente se empezaron a enterar de que el diseño no daba.  Los promotores  de la guadua la llaman  acero vegetal. Pero a los diseñadores del puente se les olvidó que aún el acero tiene un límite de resistencia. Lo que se fue descubriendo  es que la luz  del puente no era sostenible con guadua. Y ahí empezó el berenjenal.  En vez de reconocer esa realidad,  Montoya empezó a disvariar. Que hablen con tal o pascual. O físicamente a hacerse el loco.

Lo último fue pedirle a la Universidad Nacional que diagnosticara el puente. Parece que el estudio dice que hay que desbaratarlo.  Y Montoya quiere que el estudio diga medias verdades, medias mentiras. Desde luego la  Universidad  dirá lo que deba decir.

Peor que el error es haber tratado todo este tiempo de ocultar, de mentir. No es bueno que un servidor público le tenga miedo a decir:  me equivoqué.

lunes, 14 de marzo de 2011

Recomendado: A juicio César Pérez García por la masacre de Segovia, Antioquia

El artículo que a continuación recomiendo es tomado del sitio web de Caracol Radio, sobre el ex-congresista César Pérez.

El artículo es tomado del siguiente link: aquí.

La Corte Suprema de Justicia decidió llamar a juicio al excongresista por la masacre de 43 personas el 11 de noviembre de 1988 en Segovia, Antioquia.

La decisión fue adoptada por la Sala Penal de acuerdo con los convenios que sobre la materia rigen el Dercho Internacional Humanitario y con base en los convenios firmados por Colombia sobre Derechos Humanos.

El excongresista César Pérez García fue separado del partido Liberal hace más de un año, cuando se inició la investigación en la Corte Suprema, con base en la compulsa de copias de la Fiscalía general de la Nación.

La masacre de Segovia
La masacre de Segovia (Antioquia) ocurrió el 11 de noviembre de 1988 cuando varios paramilitares al mando de los hermanos Fidel y Carlos Castaño Gil, ingresaron en completo sigilo durante la noche a la Plaza Central del municipio; posteriormente se dirigieron a la Alcaldía y asesinaron a la mandataria local, Rita Tobón, junto a sus acompañantes, y luego recorrieron toda la población matando a todas las personas que aparecían en una lista como "supuestos auxiliadores de la guerrilla". 

En total fueron 43 víctimas mortales, y aunque en principio se creyó que la responsabilidad de la masacre fue de las Farc, tal como lo indicó el ex comandante de la XIV Brigada, general Raúl Rojas Cubillos, la versión perdió fuerza teniendo en cuenta la filiación política de la alcaldesa, quien ganó las elecciones por la Unión Patriótica; por su parte el entonces gobernador de Antioquia, Antonio Roldán Betancourt, calificó en su momento la acción como “la más vergonzosa manifestación de violencia”.

La Corte Suprema de Justicia decidió indagar a fondo sobre el hecho y 22 años después entrevistó a los responsables de la matanza detenidos en cárceles de Estados Unidos para establecer que políticos habrían sido determinadores de la misma, de esta manera se esclareció la posible responsabilidad del excongresista César Pérez García en cuya finca ubicada en el municipio de Olaya (Antioquia), en 2008, fiscales de Justicia y Paz hallaron una fosa con los posibles restos de un joven que desaparecieron los paramilitares durante la macabra incursión.

domingo, 13 de marzo de 2011

Columna recomendada: Un ejemplo de Contralor

Esta columna es tomada del Periódico El Mundo. En ella, Eugenio Prieto Soto, hace un análisis que no se puede dejar pasar por alto. Evidentemente, El Colombiano y la Gobernación de Antioquia se tapan con la misma manta. 


Artículo tomado de Periódico El Mundo. Clic aquí.


Esta semana -9 de marzo-, el periódico El Colombiano -en un reflexivo editorial que compartimos integralmente-, nos convoca, a que no aceptemos la corrupción como “algo cultural”. 



“El país no debe resignarse a que la corrupción sea parte del paisaje…”. “Ya hasta los encargados de fiscalizar la gestión pública -como se ha visto tristemente en Bogotá- son los encartados en bochornosos casos de delitos contra el patrimonio estatal”.

Es cierto, los responsables del control, además de fijar parámetros de conducta a sus vigilados, deben al mismo tiempo ser ejemplo en la práctica decente del servicio público y en el acatamiento de las normas sobre las que soportan su ejercicio constitucional y legal de controlar a otros. En este sentido, hemos denunciado las irregularidades del ejercicio del control fiscal en Antioquia, reiterando, que al igual que en Bogotá, merece amplios interrogantes sobre su imparcialidad, transparencia y autoridad moral.

En el caso de Antioquia, por “iniciativa del Contralor”, se crea la Fundación para el Buen Gobierno o para el Bienestar Global -FBG-, con un amplísimo objeto para contratar de todo como en botica, con la misma Contraloría, sus vigilados y un sin número de entidades territoriales por todo el país, obviando el elemento esencial de la contratación pública, la licitación. Muy grave también que la Asamblea General de la FBG -estatutos, artículo 10-, sea presidida por el funcionario sobre quien recae el ejercicio del control fiscal, es decir, el Gobernador de Antioquia o quien éste designe.

Además de lo anterior, y refiriéndonos a los “…bochornosos casos de delitos contra el patrimonio estatal”, no podrían ser más lamentables y vergonzosos, los graves hallazgos que contiene el informe final de la Auditoría Especial, realizada por la Auditoría General de la República a la Contraloría General de Antioquia -Enero de 2011-: “…evidenciándose una serie de actuaciones encaminadas a viabilizar la adjudicación del contrato 134/09, en contra de los principios de transparencia y selección objetiva”.

Dice la Auditoría sobre este contrato 134/09, por valor de $1.078 millones, adicionado en $539 millones, que paradójicamente tiene como objeto: “El Implementar una solución tecnológica que permita optimizar las actuaciones propias del Control Fiscal…”, que además de posible interés ilícito y abuso o desviación de poder, se obvió la obligación legal de adelantar una licitación pública; se organizó un proceso de selección para dar visos de legalidad a la contratación de una empresa con 40 días de creada; se vulneró el principio de la selección objetiva; y se ajustaron los pliegos a las necesidades de un oferente.

Estos gravísimos hechos, que configuran un presunto hallazgo penal, sobre quien ejerce el control fiscal en Antioquia, se pusieron en conocimiento de las autoridades penales a fin de que se establezca la posible existencia de un delito.

Unimos a todo lo anterior, los reparos de la Contralora General de la República, doctora Sandra Morelli Rico: “La Contraloría en Antioquia no ha tenido la “suficiente diligencia” para investigar las denuncias de irregularidades en el sistema de contratación”. ¿Quién garantiza, entonces, que las cuentas auditadas al Gobierno de Antioquia, municipios y demás entidades vigiladas, incluyendo los contratos de la FBG, no tienen sesgo, presión indebida, permisividad o favorecimiento de parte de un Contralor que no tiene autoridad moral para fiscalizarlos?

Retomando el editorial de El Colombiano: “…aunque también muchos de los que deberían dar ejemplo de rectitud y dignidad, a veces nos hagan ir perdiendo la esperanza”.

Artículo Recomendado: El ventilador del ‘Tuso’





En su sección judicial, la Revista Semana publica un contundente y revelador artículo sobre las confesiones de Alias El TUSO. El jefe narcoparamilitar Juan Carlos Sierra hizo una impactante confesión a la Corte Suprema de Justicia, que ya está desatando un 'tsunami' político y judicial. SEMANA reveló su testimonio.

Artículo tomado de la Revista Semana. Clic aquí.

Desde hace meses, La Corte Suprema de Justicia viene investigando la declaración que le rindió Juan Carlos 'el Tuso' Sierra, uno de los jefes narcoparamilitares extraditados. En junio pasado, en una cárcel de Warsaw, en Virginia, Estados Unidos, habló a lo largo de 13 horas y no dejó 'títere con cabeza'.
Con apuntes a la mano, 'el Tuso' reconstruyó su vida delincuencial y entregó nombres, datos y situaciones de la espinosa asociación criminal que tejieron en los últimos lustros narcotraficantes, paramilitares y políticos. Luego de las primeras verificaciones, hace un mes, se compulsaron copias de los expedientes para que la Sala Penal de la Corte Suprema analice si abre investigación contra varios políticos señalados por Sierra, entre ellos, el gobernador de Antioquia, Luis Alfredo Ramos, a quien ya se le hizo apertura y está llamado a rendir indagatoria.

Pero el ventilador del 'Tuso' está lejos de agotarse. SEMANA tuvo acceso al grueso de la declaración y presenta algunos de los detalles más reveladores confesados por el narco. Un testimonio polémico y explosivo de un testigo que ya ha sido clave en otros procesos de la parapolítica, pero que debe tomarse con las debidas precauciones, pues se trata de evidencia presentada por un criminal, sobre la cual la Corte Suprema tiene la última palabra.

“Con Eleonora y Rocío todo era plata”

Los paras les habrían financiado hasta cirugías estéticas a sus voceras en el Congreso Eleonora Pineda y Rocío Arias fueron congresistas por obra y gracia de los paramilitares.

Eso es algo sabido: las dos terminaron condenadas por parapolítica. Sin embargo, ‘el Tuso’ le contó a la Corte que la relación de ambas con la organización criminal fue más que orgánica, a tal punto que los paras les pagaron cirugías estéticas. De Pineda dice que “se hizo la lipo, igual se puso los senos, pero se hizo una operación que no es visible: se operó los juanetes; esa operación se la regaló Daniel Mejía” (jefe de la Oficina de Envigado).

‘El Tuso’ afirma que en varias oportunidades entregó dinero a Arias y Pineda –“en una ocasión le di treinta millones a Eleonora”–  para que lograran que fuera reconocido como un jefe paramilitar que buscaba beneficios jurídicos a cambio de desmontar su aparato de guerra. “Tenían una relación impresionante, según ellas, con el fiscal general Luis Camilo Osorio. Esa fue otra puerta que tocaron para meterme al proceso de paz. (…) Decían que era un viejito morboso y ellas le daban contentillo. Salían en Bogotá, en el apartamento de Eleonora o en el apartamento de Rocío, le daban traguito y le tocaban temas, pues temas en los que él tuviera influencia, y para esas atenciones siempre les dábamos plata. Bueno, nosotras tenemos reunión esta semana con Luis Camilo y hay que atenderlo, hay que llevarlo a un buen restaurante, traguito, y tal, y eran cinco millones de pesos pa’ los pasajes, pa’ la estadía, porque siempre con Eleonora y Rocío todo era plata”.

El senador y el helicóptero para los narcos

Según ‘el Tuso’, el senador Miguel de la Espriella tuvo un turbio negocio con ‘los Mellizos’.

“Dígale a él (se refiere al mellizo Miguel Ángel Mejía Múnera) que cuál era el negocio que tenía él con (el senador) Miguel de la Espriella que se comprometió a comprarles un helicóptero… este es un tema muy preciso que me da miedo, porque él va a saber que lo dije yo”.

“Miguel de la Espriella se comprometió con este a comprarle un helicóptero, este le entregó un millón de dólares (…) pudo ser un millón cien o novecientos veinte, ¿me hago entender?, para el helicóptero. El helicóptero nunca apareció. Este hombre iba a matar a Miguel de la Espriella. La gente intervino, medió, bueno, en fin, llegaron a un acuerdo en que Miguel de la Espriella lograba meter al hermano de él (Víctor Manuel Mejía Múnera) en el proceso de paz porque el gobierno lo aceptaba a él, pero al hermano no. Miguel de la Espriella metía al hermano al proceso de paz y la deuda quedaba cancelada. Y eso fue discutido, y si quiere saque todas las grabaciones de la mesa de negociación en Santa Fe de Ralito, esa es otra prueba…”.

Relaciones peligrosas

‘El Tuso’ dice que tuvo negocios de narcotráfico con Jorge Gaviria, hermano del exasesor presidencial José Obdulio Gaviria.

“Jorge Gaviria es hermano de José Obdulio Gaviria. Yo lo conocí hace muchos años, quizás para el 96, 97, en Envigado, a través de dos muchachos que se llama, uno, Jorge Mejía y, el otro, Gustavo Londoño. Dos muchachos que trabajaban con droga. Gaviria es el que manejó la reinserción del Bloque Cacique Nutibara en Medellín, bajo la Secretaría de Gobierno de Gustavo Villegas…

“Ellos compraban cocaína en Los Ángeles y en Miami, y yo era muy amigo de Julio Fierro, el hombre que mataron que era esposo de Natalia París, la modelo. Entonces yo les presenté a Julio Fierro. Le dije: ‘estos son dos señores que me presentaron, ellos compran’, Julio tenía, Julio les vendió y Julio me daba una comisión a mí…

”Resulta que uno de los clientes de ellos, de los que compraban la mercancía en Miami, era Jorge Gaviria; él había trabajado en Estados Unidos vendiendo droga y estuvo detenido aquí. Resulta que me volví muy amigo de él, y él me dice que le venda directamente a él, que ya no le venda a estos pa’ que estos le vendan a él (…) y así fue.

Se le vendió a Jorge Gaviria directamente, él la vendía aquí, en Estados Unidos.

“Él mismo, Jorge Gaviria, me ofrece a mí una vuelta. Me dijo, ‘vea, yo tengo una forma para meter cocaína a los Estados Unidos’ y yo le dije: ‘no, yo no sé nada de eso, pero yo le presento a Julio Fierro, venga’… Entonces le propone el negocio: ellos tenían contacto con una empresa naviera de meter la droga en los contenedores de esa empresa naviera porque no la abrían, es decir, ellos tenían la forma de que eso, el contenedor, lo cierran, le ponen un sello y después no lo vuelven a abrir y tenían la forma de meterla y de sacarla de los Estados Unidos, y la vuelta se hizo, eso se hacía como con muy poquito, con siete u ocho kilos. Julio le puso la mercancía y Jorge le hizo la vuelta…
”De hecho, le digo que cuando ya yo lo veo dizque un empleado oficial, pues, ese hombre (Jorge Gaviria) casi se muere, ese hombre me vio a mí en la cárcel de Itagüí y le dio… se puso como esta pared. (…)

”Fue solamente un negocio del envío en esa empresa naviera. Pero de entregas de mercancía fue dos, tres, cuatro, cinco veces. No fue una sola vez. No le digo el número preciso, porque no lo recuerdo, estoy hablando de hace 14 años…  y se hacían entregas de treinta, cuarenta, cincuenta kilos. La entrega de mercancías fue en varias oportunidades (…) La mercancía era entregada aquí, en Estados Unidos. Totalmente. Narcotráfico puro”.

La funeraria de la Oficina

El narcotraficante le contó a la justicia dónde están las víctimas desaparecidas de la llamada oficina sicarial del Valle de Aburrá.

“A Julio Fierro (el esposo de la modelo Natalia París) lo mataron en 2000, y nunca va a aparecer, porque a Julio lo incineraron (…) Y a Julio quien lo mata es uno de los de las bandas emergentes que hay hoy, que se llama Erik Vargas, alias ‘Sebas’, ‘Sebastián’, –asegura ‘el Tuso’. Y añade–: “Mire otro temita que surge. Daniel (Daniel Alberto Mejía, alias ‘Danielito’, jefe de la Oficina de Envigado) tenía funeraria propia; se llama la Funeraria Ochoa, en Envigado. Todos los cuerpos que no aparezcan que mató la Oficina de Envigado o que mató Daniel los picaban, los llevaban en bolsas negras y los incineraban en la Funeraria Ochoa, en Envigado”.

El vuelo del general

La relación con el entonces coronel de la Policía Luis Alberto Moore

“Le voy a contar una anécdota, y apúntela y la pregunta y me dice si miento: René, comandante de las autodefensas del suroeste, es muy aficionado al fútbol, yo soy otro aficionadísimo al fútbol, enfermo por el fútbol. Tengo en la finca en Andes una cancha de fútbol. Resulta que yo armé un partido, invité a René, era un miércoles, los miércoles en el pueblo no se trabaja y el coronel Moore estaba de descanso, un coronel manda, estuvimos jugando en mi finca, en un equipo jugaba el coronel Moore y en el otro equipo jugaba René, así de sencillo, y René con cincuenta mil órdenes de captura y con la escolta ‘enfusilada’ ahí en la finca. Así de fácil, jugando fútbol”, así narra ‘el Tuso’ Sierra uno de los muchos encuentros que dice tuvo con el general de la Policía Luis Alberto Moore Perea, hoy retirado.

En octubre pasado, Moore admitió que conoció circunstancialmente al ‘Tuso’ en una fiesta y negó enfáticamente que haya recibido dinero de él, como lo afirmó el extraditado en una declaración ante Justicia y Paz. Sobre ese encuentro, ‘el Tuso’ dio nuevos detalles a la Corte: “Llamé al coronel Moore (para invitarlo a una fiesta) y me dijo ‘estoy muy ocupado’; le dije ‘doctor, coronel, no me vaya a hacer ese desplante, qué necesita’. ‘No, es que no me da tiempo de viajar’. ‘Váyase para el aeropuerto Olaya Herrera, para el hangar 38, que allá está un helicóptero Heuse (sic) 500. Era la mitad de Berna y la mitad mío, y allá llegó, feliz. Porque lo normal era que el coronel estuviera conmigo, los fines de semana para él eran… a tomar trago conmigo en Andes”.

Asesinatos, pagos y absolución

Detalles de un triple homicidio y la posterior investigación, que habría sido comprada.

En abril de 2005, el proceso de paz adelantado por el gobierno de Uribe con los paramilitares entró en crisis luego de que hombres de alias ‘Don Berna’ asesinaron por orden suya al diputado Orlando Benítez, a su hermana y a su conductor, cerca de Montería. Para sorpresa del país entero, en junio de 2007, la justicia absolvió por esa masacre a ‘Don Berna’. Sobre ese crimen, ‘el Tuso’ advierte: “Son cosas muy delicadas que por esto me muero, y si no me muero yo, se muere mi familia”. Luego asegura que quien instigó a ‘Don Berna’ para asesinar al diputado fue Mario Prada, el excandidato a la Gobernación de Córdoba y exalcalde de Valencia, justamente el cargo al que aspiraba Benítez. Según ‘el Tuso’, Prada era el jefe político del grupo paramilitar que lideraba Berna y este habría pagado a funcionarios públicos para que lo absolvieran del triple crimen: “Se bajó de mucho dinero, eso costó mucha plata, quien manejó ese caso fue el abogado Diego Álvarez”. En abril de 2008 Prada fue capturado por nexos con grupos paramilitares.

Alto funcionario

‘El Tuso’ Sierra asevera que el exsecretario de Gobierno de Medellín Gustavo Villegas
delinquió con ellos

Gustavo Villegas, exasesor de paz y exsecretario de Gobierno de Medellín, es uno de los personajes públicos más cuestionados en la capital antioqueña. De él dice ‘el Tuso’ que era parte de la Oficina de Envigado “totalmente” y relata su estrecha relación con Daniel Alberto Mejía, alias ‘Danielito’, uno de los jefes más temidos en esa organización delincuencial. “La relación con Gustavo Villegas y Daniel era casi de hermano, pa’ que sepa. Así de fácil”.

“Daniel le pagaba a Gustavo porcentaje por todo, por las licencias de las máquinas (tragamonedas). Es que las licencias de las máquinas estaban cerradas y él le abría licencias a Daniel pa’ las máquinas, pa’ los casinos y él ganaba porcentaje (…) y aparte de eso tenía como decir nómina, pues de la Oficina de Envigado en cabeza de Daniel, porque Daniel era el que manejaba eso… Eso da mucha plata y aparte de que da mucho dinero, ha habido mucho muerto por ahí. Empresarios del chance se murieron porque no se sometieron a eso. Yo leí por ahí en una revista ‘Cambio’ de una investigación sobre Etesa, eso es cierto, los funcionarios de Etesa recibían un porcentaje por cada máquina, 30.000 pesos, eso era una tarifa que había y unos investigadores que fueron a Medellín Daniel los mató…

 “Hay una empresa de chance en Medellín que se llama Gana, ese ‘pool’ de apuestas Gana lo montaron fue desde la Oficina y el que no se alineó, lo mataron, alinear es aportar (plata), y al que le guste bien y al que no le guste se muere, y se murieron unos empresarios del chance. Quien manejaba eso por orden de Daniel es César o Cesarín; él está detenido”.

“Cesarín, pa poder ir a La Ceja (el municipio de Antioquia donde el gobierno concentró a los jefes paramilitares después de Santa Fe de Ralito), donde Daniel Mejía,  para que no quedara registro ni nada, quien entraba en los carros de la Gobernación a Cesarín a hablar con Daniel era Gustavo Villegas. Cesarín entraba con una chaqueta que decía, una chaqueta azul, letras amarillas, que decía: ‘Gobernación de Antioquia, Secretaría de Gobierno’, y él entraba en los carros oficiales, hablaba con Daniel, y Gustavo volvía y lo sacaba”. 

jueves, 10 de marzo de 2011

Los guerra y los gordos


En el debate que promovió el Concejal Bernardo Alejandro Guerra Hoyos sobre Metroparques, cuando se ofuscó, quizá por falta de argumentos, la emprendió contra el gerente por su condición física, por su obesidad. Hablando de la situación financiera de la entidad dijo:

-Ojalá que con su peso traiga mas pesos-.

Este concejal es hijo, y medio homónimo, de Bernardo Guerra Serna, de su padre, un histórico dirigente. 
El hijo es heredero no solo del nombre si no también de la pasión por la política. Aunque la han ejercido en dos tiempos bien distintos y de maneras radicalmente diferentes. El primero, Bernardo Guerra Serna, el padre, salió de la nada y llegó a construir un "imperio" político. Nació en PEQUE, un pueblo de la Antioquia profunda. Por allá, escondido en las montañas de la cordillera occidental que se descuelgan verticalmente sobre el Río Cauca. De allí, de ese pueblo, salió Guerra Serna, el más importante dirigente liberal de las últimas décadas en esta región.

De joven llegó a Medellín, estudió en la Universidad de Antioquia, donde se hizo adicto a la política. Participó, en los años sesenta en el Movimiento Revolucionario Liberal, una disidencia hacia la izquierda de este histórico partido. Guerra Serna fue el más notorio en la generación que se propuso arrebatarle el partido a las oligarcas. El indio Guerra, como lo llamaban despectivamente algunos de esos oligarcas, se convirtió en el mayor elector de Colombia y fortaleció al partido liberal. Como símbolo de esa fortaleza construyó la Casa de Mármol. El sistema de la política era llamado clientelista, tener nómina para tener votos. Cosa que ahora se condena públicamente, pero antes se ejercía con cierta dosis de sinceridad.   

Guerra Serna era un hombre cerebral, de inteligencia calculada, comprendedor de la condición humana. Eso, y quizá su propio origen humilde le permitía ser excelente político. Aun sus contradictores lo admiran.
Pero el paso del tiempo y las deserciones marchitaron su poder. El partido liberal estalló en mil pedazos.  
Algún día valdría la pena que alguien escribiera la biografía de Guerra Serna, sería al mismo tiempo la reseña de un tiempo en la historia antioqueña.  

En la medida que el padre se ha ido replegando ha entrado en escena Guerra Hoyos, el hijo. Forjó una carrera empezando por ser gerente de Metrosalud; diputado a la asamblea, y luego senador de la República. Podríamos definirlo como un joven y exitoso político de nueva generación. Sobre todo que ha querido ser un cruzado contra la corrupción. En muchas ocasiones los diarios y noticieros han titulado con sus denuncias.  Algunas de ellas le han generado graves riesgos, que él asume con convicción.

Pero lo dos guerra son diferentes. El padre cerebral, el hijo pasional, el uno sereno y el otro airado. El uno retraído y el hijo mediático. Bien distintos. Guerra Hoyos actúa con la cabeza caliente. Y  ha dado muestras de no pensar suficientemente sus palabras y sus actos en la vida pública y privada.

Probablemente la pérdida de la curul en el senado sea muestra también de pérdida de credibilidad. Quizá los electores también esperan propuesta, y no solo denuncias. Además NO todas sus denuncias han resultado ciertas. Pareciera que hay personas que utilizan su ímpetu, y puede ser que él se haya vuelto adicto a las denuncias por que le gusta aparecer en los medios.

Le ha seguido gustando la burocracia como a su padre. Solo que él como político de nuevo estilo no lo puede aceptar. 

Volviendo al debate en el Concejo sobre Metroparques, le hizo falta lo cerebral de su padre. 

-Su figura me hace recordar a alguien que no quiero mencionar- vociferó mirando al gerente que además de obeso es negro.

Guerra Serna nunca habría dicho lo que dijo Guerra Hoyos. Nunca el padre habría recurrido al recurso fácil de su hijo. 

-Usted morirá de un tercer infarto y a mí me van a dar un tiro - dijo jugando a humorista y mártir al mismo tiempo.

No sé. Yo creo que el gerente podrá corregir su gordura. Ahora hay formas para de repente tener figura esbelta. Lo que no sé es si Guerra Hoyos pueda cambiar su manera de ser. Y si no cambia, puede accidentarse conduciendo en ebriedad, lo pueden mallugar intercambiado trompadas...  
 

domingo, 6 de marzo de 2011

Pérez, el comisionado y don Berna (1)


Se  desató alias El Alemán a decir verdades –las que le convienen- y a  decir mentiras,  también según conveniencias. 

El  proceso de paz con las autodefensas iniciando por el Gobierno Nacional estaba a punto de naufragar. En el árido Santafé de Ralito, en el departamento de Córdoba, sitio definido para las conversaciones, se hablaba mucho  sin que nada pasara. De repente se anunció  el proceso de desmovilización del Bloque Cacique Nutibara en la ciudad de Medellín. Desmovilización que serviría, momentáneamente de flotador para que el proceso no fracasara, y que daría gusto a ciertos intereses.

El entonces alcalde Luis Pérez se había vendido como un hombre de paz, incluso publicó un folletín que tituló “Compro la guerra”, y se fue  a Bogotá  a hablar con  el Presidente y según le anunció a los medios de comunicación, logró que  Álvaro Uribe lo autorizara a iniciar contactos con los grupos armados de la ciudad. 

En la tarea le ayudaba  Tatiana,  su asesora de paz y convivencia.  En el momento que el proceso empezó a lograr alguna formalidad, se sumaron  los funcionarios de la Alta Consejería para la Paz, por instrucciones de Luis Carlos Restrepo.  En alguna reunión, con los capos de Envigado: Danielito y Rogelio, participan  a veces el alcalde Pérez, a veces Luis Carlos Restrepo y siempre sus asesores. Las reuniones eran con la llamada Oficina, específicamente con Rogelio Y Danielito, que actuaban bajo instrucciones de Don Berna. 

Había un problema… la alcaldía de Luis Pérez estaba a punto de terminar sin lograr nada importante en su estrategia de “compro la guerra”. A Luis Carlos Restrepo le avanzaba el tiempo sin ningún logro. 

Consultaron a Don Berna si podía desmovilizar el Bloque Cacique Nutiabara de Medellín, y él, ni corto ni perezoso, dijo que sí. Como era un narco, con el estigma de la Oficina de Envigado,  le interesaba afianzarse en el proceso de paz y se bautizó a sí mismo como Adolfo Paz. 

Varios asesores le dijeron al comisionado que el proceso era acelerado. Pero todos tenían afán. El propio Restrepo, el alcalde Pérez, y el recién bautizado Adolfo Paz.  Y además, para lograr la desmovilización todos se engañaban o creían engañar a los otros. El alcalde Pérez dijo que todos saldrían a un empleo ya creado, mentira, nunca creo uno.  Don Berna le dijo a mandos altos, medios y gente de base que se inscribieran. En ese aspecto es una desmovilización distinta a la del frente La Gaitana, de la que tanto se habla hoy.   Aquí sí habían estructuras reales de delincuencia: eso el paramilitarismo en Medellín.  Claro que no se desmovilizó toda la delincuencia. Y algunos de los desmovilizados como se constató después dejaron estructuras delincuenciales a la sombra.

En lo que se parece la desmovilización  del Bloque Cacique Nutibara al de la Gaitana es que para engordar el proceso,  para sumar, también reclutaron  a amigos, primos y vagos, que quisieran  la beca de la desmovilización.  Eso se notó. Lo dijeron periodistas,  opinadores y vecinos que vieron salir muchachos sin problemas a ponerse el uniforme. También se dijo que el paquete de armas estaba lleno de fierros inservibles. 

El comisionado les prometió garantías jurídicas ideales. Les mintió. Así todos mintiendo  llegaron a una fórmula en la que todos ganaban. Luis Pérez aparecía como un hombre de paz, don Berna apareció como comandante comprometido con la paz y afianzó un lugar en la mesa de las autodefensas.  Luis Carlos Restrepo daba los primeros resultados de un proceso incierto, y  le llevaba buenas noticias al presidente Uribe.

Un poco después don Berna tuvo que salir a correr, con su cojera, por esas sabanas de Córdoba, porque el gobierno lo quería capturar. 

Siguen muchos capítulos. Pero de momento digamos como el dicho de los viejos: “Lo que empieza mal, mal termina”.