jueves, 3 de febrero de 2011

Política y Sexo

El Sr. Luis Pérez fue Alcalde de Medellín entre los años 2000 y 2003.  Es un hombre que aunque pequeño de estatura, además de sus ojos azules, reúne las características de la raza aria, a la que le adiciona una estricta elegancia al vestir y unos finos modales. Tiene una voz que no le ayuda, pero ese es un detalle menor al lado de sus cualidades.
Antes de ser alcalde tuvo una larga carrera en la burocracia; se desempeño como rector de la Universidad de Antioquia, Director del ICFES y Secretario de Educación Municipal. En todos estos cargos fue cuota del grupo de Cesar Pérez, un líder político que últimamente se pasa más tiempo en la cárcel que en la actividad pública. En esos cargos no se recuerda de él nada especial, pasó por ellos sin pena ni gloria.

Cosa contraria sucedió en su alcaldía en la que  Luis Pérez llegó a ser verdaderamente popular. Fue en ese tiempo que el pueblo empezó a llamarlo familiarmente Lupe.  Expresión que  seguramente es una abreviatura de su nombre Lu por lo de Luis, y Pe por lo de Pérez. No olvidemos que el pueblo acostumbra dar apelativos a sus líderes como una muestra de cariño. Sin embargo, hay quienes insisten en que lo de Lupe es un apelativo referido  a las preferencias sexuales del ex-alcalde. Digámoslo sin rodeos: lo califican de  homosexual.


A mí no me cuadra,  porque a Luis se le ve, permanentemente, con hembras hermosas. Es difícil encontrarlo en un sitio público sin que tres o  cuatro mujeres despampanantes que  dejan boquiabiertos a los presentes. Recuerdo también las fotografías tomadas  dentro de un avión fletado por EPM en las que departía con  reinas y modelos. En ese viaje, según esas mismas fotos, el para entonces alcalde, jugaba con sus acompañantes en el desierto de la  Guajira, tirándose arenita. 

Por estas y otras razones, aunque no es propiamente un Berlusconi,  no creo que a Lupe  le falte  apetito de mujeres. Es mas, en la campaña pasada, en la que intentó llegar de nuevo a la alcaldía,   anunció públicamente que se casaría. No  divulgó, o no recuerdo el nombre de la novia, y el matrimonio nunca llegó a concretarse, pero  su anuncio evidenció  que él está dispuesto a pasar incluso por esa dura prueba para despejar dudas. 

Ahora bien, supongámonos  que Luis Pérez sea homosexual. Esto implicaría que es de aquellos que no han salido del clóset, como  otros que se han atrevido incluso para presentarse como candidatos a cargos  públicos.  

Recuerdo en este momento al alcalde de París, un declarado gay, que goza de altísima popularidad. En Colombia tenemos el ejemplo relevante de Gustavo Álvarez Gardeazabal, o simplemente Gardi  como se le conoce ahora en su exitoso programa de radio. El llegó a ser alcalde de su natal Tulua con una altísima votación. No faltó sin embargo  quienes dijeran que era inconcebible que un marica ejerciera de alcalde.  A ese torpe prejuicio  el  escritor respondió: “yo no voy a gobernar con el culo sino con la cabeza”. Cumpliendo este principio ganó  aplausos de tirios y troyanos.  Y con la misma convicción de gobernar con la inteligencia y no con el trasero se  desempeñaba como gobernador del Valle, cargo al que fue elegido con más de seiscientos mil votos, cuando lo llamaron a juicio. 

 A Gardi algo le falló: no calibró la capacidad de las autoridades  y recibió dinero de sus amigos del cartel de Cali para su campaña y no los  disfrazó bien. De tal manera que cuando le preguntaron sobre el origen de ciertas donaciones y cheques solo atinó a decir que los había recibido en la venta de unos gordillos. Para claridad de los lectores,  “Gordillos” se refiere a pinturas y esculturas del Maestro Gordillo.


Una prueba adicional de la inteligencia de Gardi es que a pesar de haber sido destituido  y de haber pasado una temporada en prisión, de ser técnicamente exconvicto, ha recobrado la fama en el programa de radio de su paisano Hernán Peláez.  Podría decirse, para explicar su éxito radial, ¿qué lo hace con el lóbulo derecho y no con él y torcido?  No. En este caso hay que decir que su éxito reside en que  lanza al aire, verdades, entuertos y mentiras compradas, en un limpio estilo gay.   


Pero volvamos a Luis Pérez, que también es amante del arte, pero no ha sido destituido. Entre otras razones porque  la procuraduría, que valora bien su obra de gobierno,  ha dejado prescribir  todos sus procesos. Su hoja de vida está limpia. Ahora ¿con que parte del su humanidad habrá gobernado Luis Pérez? Ni lo ha dicho, ni lo sabemos. Pero si podemos decir que en su periodo dio evidentes muestras de ser un hombre de buen  gusto, que   incluso quiso comprar una bella vajilla, de cien millones de pesos, para reemplazar los platos desportillados en  los que se servía, y aun se sirve, a los comensales de la alcaldía.  


A Lupe también se le conoce como Luis XV. Pero en esto, como en tantas cosas de los famosos, hay desacuerdo. Y lo digo porque hay quienes afirman categóricamente que el alias de Luis XV, se debe  a su estilo, y otros que aseguran que en realidad se originó en  cambio de costumbres que  estableció en los sistemas de contratación. Expliquémoslo bien para quienes no sean de esta comarca: Cierto tipo de políticos crearon la costumbre de tener un sobresueldo, una cierta prima extralegal. ¿Como la podían lograr?  Pidiéndole a quienes querían lograr los contratos que les consignaran en cuentas secretas o que les llevaran en cajas con dinero  al apartamento de algún cómplice el 10 por ciento del valor de dichos contratos.


¿En que consiste el mejoramiento introducido por Luis? En que para lograr el contrato ya no era suficiente con el 10% , subió la cuota al 15%. Y en reconocimiento  el pueblo que es sabio lo llamo, y lo llama aún, Luis XV.


Ahora, según se dice, Luis Pérez, o como ustedes lo quieran llamar, ha anunciado que será nuevamente candidato a la alcaldía de Medellín en este 2011. Es un candidato que animará la fiesta porque  cree que al ciudadano se le debe reconocer con algo  de plática el gesto del voto. Y  porque  suelta promesas que seguramente el sabe que no puede cumplir.   Pero no importa algo de retórica con tal de despertar la ilusión popular.  Pero nos animará sobre todo porque podríamos, por fin,  tener el bello espectáculo del matrimonio de Lupe. Lo merecemos después de tanta expectativa. No será como el del príncipe Guillermo pero algo es algo.


Quedo con una inquietud: al final de su gobierno... ¿el pueblo en su sabiduría lo ascenderá a Luis XX? Y si este pueblo resabiado no valora su esfuerzo y no lo elige, irá a la alternativa de sus colegas de ser figuras en la radio o la tv: En ese caso le aconsejaría que saliera del clóset, en los medios  le va realmente bien a quienes dicen, como Bayli: soy gay ... ¿y qué?


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